Quitando fantasmas del pasado

QUITANDO FANTASMAS DEL PASADO

No había entrado en ese cuarto desde que su marido había muerto.
Habían pasado muchos años desde aquello.
Le daban miedo los fantasmas del pasado.
Se asomó a su viejo tocador en el que tantas veces se había retocado. Teniendo a su marido tendido en la cama, mirandola tiernamente.
Pero las cosas habían cambiado, todo había cambiado.
Ya no tenía a nadie a sus espaldas observandola.
A ella le encantaba verle a través del espejo con cara de alelado.
Empezó a desnudarse mirando su reflejo. Su piél ya no era para nada tersa, pero si suave.
Comenzó a darse su perfume, gota a gota, por cada rincón de su piél, esas zonas, por las que tanto furor había causado, desde su adolescencia.
Ya no tenía quién la oliese, para luego lamerla y decirla: -¡Qué dulce estás!
Cogió su cepillo su cepillo y comenzó a cepillarse su larga melena, ahora ya completamente cana. Le llegaba hasta la cintura, con un brillo reluciente.
Rebuscó en su armarito aquella ropa que tantos deseos había suscitado.
Se puso las medias blancas de seda con encaje, ya no se ajustaban a sus muslos como antes... Se puso su negliché púrpura de raso, sus zapatos púrpuras de tacón de aguja y aquellas joyitas excelentes.
Se miraba en el espejo y pensaba que con sus 70 años, para nada estaba igual que con sus 35, cuando aquél maravilloso marido la vió así por última vez.
Vió un cuadro de su marido sonriendo.
Bajó su rostro y comenzó a llorar.
Le aterraba pensar que llevaba tanto tiempo sola.
Se tumbó sobre la cama, y después de tanto llanto, de su agotamiento, se durmió.
La sorpresa vino al dia siguiente, cuando su nieta, por la mañana fué a llevarla el desayuno y vió que su abuela había muerto en la cama, dónde, su abuelo había muerto de igual modo años atrás.
Pero ahora ya estaban juntos.
En vida, ella abrazada al cuadro de su marido.
Y en el más allá, tendrían muchas cosas que contarse...
Murió felíz, pues en su rostro se notaba un atisbo de felicidad.

"PRiNcEsA OsCuRa"